El árbol del Niño Jesús. Cuenta la leyenda que, en
la primera mitad del siglo VIII, un roble que los paganos consideraban
sagrado cayó sobre un abeto. Milagrosamente, éste quedó intacto, por lo
que fue proclamado el árbol del niño Jesús. Su forma triangular se dijo
que era representativa de la Santísima Trinidad, con el Dios Padre en la
cúspide.
El abeto del cristianismo. Una historia muy similar a
la anterior dice que, también en el siglo VIII, el monje inglés Winfrid
taló en Nochebuena un roble que era utilizado en las festividades
paganas para ofrecer vidas en sacrificio. En ese mismo lugar brotó,
'milagrosamente', un abeto, por lo que se decidió tomar este árbol como
emblema del cristianismo.
El árbol luminoso. Otra leyenda nos lleva hasta el
rey Arturo. Se dice que Persifal, uno de los caballeros de la Mesa
Redonda, descubrió un árbol lleno de luces brillantes, que se movían
como estrellas, mientras buscaba el Santo Grial o cáliz de la última
cena de Jesús.
También el escritor alemán Goethe, en su libro 'Werther', hizo
mención a un frondoso arbusto lleno de caramelos y figuras religiosas.
El árbol de la vida eterna. Algunos cuentan que el
origen del árbol hay que atribuírselo al monje inglés San Bonifacio. Se
dice que, en uno de sus viajes, encontró a un grupo de paganos alrededor
de un gran pino en el instante en el que iban a sacrificar a un niño en
honor al dios Thor.
Para evitar el sacrificio y salvar al pequeño, San Bonifacio derribó
el árbol con un poderoso y potente golpe de puño. El santo dijo a los
allí congregados que ese pino era el árbol de la vida eterna de Cristo.
Luces de colores en el bosque. Cierta historia
cuenta que Martin Luther King, caminando por un bosque en vísperas de
Navidad, se quedó deslumbrado por la belleza de millones de estrellas
que brillaban a través de las ramas de los árboles.
Quedó tan impresionado que decidió cortar un pequeño árbol y
llevárselo a casa. Allí recreó la misma belleza que contempló en el
bosque colgando luces de colores.
La historia del árbol de Navidad
El moderno árbol navideño proviene de Alemania. Sus primeras
referencias datan de finales del siglo XVI, cuando un árbol fue decorado
para ambientar el frío de la Navidad, costumbre que se difundió
rápidamente por todo el mundo.
Hasta el siglo XIX no llegaría a Gran Bretaña, Francia, Estados
Unidos, Puerto Rico, China y Japón. Y la tradición del abeto decorado
salió de Inglaterra a Estados Unidos, en los tiempos de la colonización.
Se atribuye a August Imgard, un hombre de Ohio, la instalación del
primer árbol navideño, en 1847.
A partir de ese momento, la cultura norteamericana ha sido abanderada en materia de decoración de Navidad En España, el árbol navideño llegó a principios del siglo XX.
Fuente Guía Infantil
No hay comentarios:
Publicar un comentario